miércoles, 28 de enero de 2015

El Madrid que SÍ fue II. El Palacio de Xifré

Hoy, 28 de enero, comienza FITUR 2015, la segunda Feria Internacional de Turismo más importante del mundo, y que desde 1981 no ha hecho más que crecer. La misma, que se celebra anualmente en IFEMA, la Feria de Madrid, es una cita ineludible para todos los profesionales del sector e interesados en el tema.

Por ello, y para unirnos a esta cita con el turismo, hoy  publicamos el segundo artículo de la sección “El Madrid que SÍ fue”.

Palacio de Xifré
Nos trasladamos a mediados del siglo XIX. Madrid se convertía poco a poco en una ciudad palaciega, con decenas de palacetes en construcción en todo el entorno del Paseo de la Castellana.
La zona de Recoletos y el Paseo del Prado era conocida como “barrio de los banqueros”, al establecer en ella su residencia las familias más adineradas de la época.

Es entonces cuando José Xifré Downing, heredero de una de las mayores fortunas españolas del siglo XIX, decide construirse un palacio en la zona mencionada.

Su padre, José Xifré Casas, un industrial catalán, había amasado una importante cantidad de dinero en diversas operaciones en Europa, Cuba y Estados Unidos. Gracias a ella, su hijo pudo vivir largas temporadas en París, donde conoció al arquitecto Émile Boeswillwald. Él diseña un palacete que convence a José Xifré hijo desde un primer momento, y que será construido entre 1862 y 1865 por el arquitecto José Contreras.

Interior del Palacio de Xifré
Se trata de un palacio de estilo neomudéjar, que se convierte en 1865 en uno de los palacios privados más relevantes de la capital, y en el ejemplo de neomudéjar más importante de la ciudad.

Y es que este palacete no era uno más. Estaba llamado a convertirse en un claro exponente de la arquitectura árabe. Varios especialistas franceses recibieron el encargo de viajar por Oriente Medio durante dos años para hacerse con tapices, alfombras, muebles y todo tipo de objetos valiosos que decoraran la residencia.

Patio interior del Palacio de Xifré
Sin embargo, lo más sorprendente no era la decoración, sino el edificio en sí. Xifré envió antes de la construcción del edificio al arquitecto a Granada, para poder plasmar después el estilo de la Alhambra en su suntuosa mansión.
Y así lo hizo. Arcos, columnas, patios... todo hacía recordar a la Alhambra en el suntuoso edificio. La fachada, la verja, las habitaciones y el resto de salas, imitaban hasta en el más mínimo detalle la arquitectura árabe.

Tras la costosa construcción, se produjo una anécdota que protagonizó Antonio Aguilar y Correa, político que llegó a ser presidente del Gobierno de España entre 1906 y 1907. El mismo felicitó a Xifré por la hermosura de su residencia con estas palabras: “Ha tenido usted una idea original, le ha quedado precioso su palacio chino”, todo ello tras gastar grandes fortunas en estudiar e imitar la arquitectura árabe.

Tras el fallecimiento del promotor del edificio, el cual había llegado a conseguir el título de marqués, su hijo, José Xifré Hamel, heredó tan exótico y deseado recinto. 
Escalera interior del Palacio de Xifré
Él se alejó mucho de la filosofía de su antecesor. De hecho se unió a la Sociedad Teosófica, fraternidad que aspira a conocer los misterios del universo y del ser humano. Fue tal su implicación que el círculo madrileño de la Sociedad Teosófica se reunía de manera regular en el Palacio de Xifré. Dedicó gran parte de su fortuna a expandir la corriente teosófica editando la revista “Sophia”.

Por tal motivo, se vio obligado a vender el colosal palacete en 1914, pasando a manos de la delegación de México. Sin embargo, pronto queda abandonado, hasta que lo adquiere el duque del Infantado para convertirlo en su residencia.

Finalmente, en 1949 lo adquiere una inmobiliaria, la cual un año después toma la lamentable decisión de derribar el palacete, y se construye en su lugar el edificio de la Delegación Nacional de Sindicatos, actual sede del Ministerio de Sanidad, que destaca frente al Museo del Prado.

No es más que otro de los ejemplos de que lo importante no es sólo construir un edificio bello, sino conservarlo para que pueda ser disfrutado por las generaciones venideras. 

¿No te habría encantado poder conocer el Palacio de Xifré?

miércoles, 21 de enero de 2015

La cubierta de la Plaza de Toros de las Ventas

A principios del siglo XX, a orillas del arroyo del Abroñigal, hoy en la zona de la M-30, se encontraba uno de los barrios más marginales de Madrid. Al estar situado a ambos lados del camino que llevaba al cementerio del Este, se componía fundamentalmente de casas para hospedaje y merenderos para los cortejos fúnebres. Estas ventas, (ventorros o ventorrillos como se les denominaba por su carácter humilde), también servían de abrevadero para los animales.

Una de las ventas mencionadas. Año 1900
Una de estas ventas era conocida como venta del Espíritu Santo debido a una ermita que se encontraba en sus proximidades, que después fue capilla, y que había sido inaugurada en 1876.

Por otra parte, en 1918, la Diputación Provincial de Madrid era la propietaria de la plaza de toros de Madrid, que se encontraba en la carretera de Aragón, donde hoy se encuentra el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, el Barclaycard Center, y que había sustituido a su vez a otra existente previamente junto a la Puerta de Alcalá. La Diputación se da cuenta entonces del auge de los eventos taurinos en la ciudad y de que es necesario construir una plaza nueva.

Se decide que los terrenos en los que se encontraba la venta del Espíritu Santo era el adecuado para tal fin, y comienzan las obras, que finalizan en 1931 con la inauguración de la Plaza de Toros de las Ventas del Espíritu Santo.

Plaza de Toros Monumental de las Ventas del Espíritu Santo
desenfoquesurbanos.wordpress.com
La madrileña, de estilo neomudéjar, se convierte así en la plaza de toros más grande de España, y, para muchos críticos, la más importante del mundo. 

El coso ha acogido en casi un centenar de años diversos eventos además de los taurinos, como conciertos históricos, espectáculos varios, e incluso partidos de tenis de la Copa Davis.

En 2011, Madrid se presenta como candidata a acoger los Juegos Olímpicos de 2020, y la sede que se propone para acoger al baloncesto es la Plaza de las Ventas, con capacidad para 23.798 personas.

Pero este blog de lo que trata es del Madrid que no fue. ¿Y cuál es, entonces, ese proyecto que no llegó a ver la luz?

Proyecto de cubierta para la Plaza de Toros de las Ventas
Pues bien, en el afán por renovar la cara del coso y de poder usar el ruedo en invierno (puesto que la temporada dura de marzo a octubre), se propone crear una cubierta para la Plaza que la proteja de las inclemencias meteorológicas y permita la celebración de otro tipo de eventos.

Una de las ventajas de la carpa es que no sería visible desde el exterior, por lo que el edificio histórico no perdería interés.

Los acuerdos entre Taurodelta (gestora del recinto), la multinacional Warner Music (compañía discográfica que dirige giras de artistas internacionales), y el Grupo Plus (especialista en montaje de carpas) dieron sus frutos. Se presupuestó la instalación en 4 millones de euros que pagaría íntegramente Warner Music a cambio de tener la exclusividad para organizar eventos (deportivos, musicales, desfiles de moda, ferias...) durante 3 años, a excepción de los festejos taurinos.

La cubierta, de 102 metros de diámetro y una altura máxima de 75 metros, cubriría los tendidos, dejando fuera las gradas y andanadas. Esto haría que los asientos utilizables se redujeran a 16.000, aunque el albero (la arena) podría acoger a otras 1.800 personas.

Proyecto de cubierta para la Plaza de Toros de las Ventas
La estructura, de 160 toneladas y fabricada en aluminio superligero, estaría cubierta por tres placas de lonas de PVC, formando las dos superiores una cámara de aire que serviría como aislamiento sonoro y favorecería la climatización. La función de la inferior sería principalmente decorativa.

De marzo a septiembre la plaza recuperaría su aspecto habitual, ya que la carpa se volvería a guardar hasta el siguiente invierno. Serían 15 días los que se tardaría en el montaje, y 8 días en el desmontaje.

El proyecto fue presentado ante la Comunidad de Madrid, que dio luz verde a su instalación. Fue hace relativamente poco tiempo, en diciembre de 2012, cuando los vecinos del monumento neomudéjar vieron por fin levantar esta estructura.

Caída de la cubierta de la Plaza de Toros de las Ventas
28 de enero de 2013. las-ventas.com
Sin embargo, cuando se alzó la misma, ya en enero de 2013, ocurrió lo peor: un error de diseño hizo que toda la cubierta se desplomara sobre la arena madrileña (afortunadamente sin heridos), y con ella la idea de convertir las Ventas en un espacio multiusos.

Las aseguradoras se hicieron cargo de los gastos del montaje, y la Comunidad de Madrid suspendió el proyecto al no cumplir los parámetros de seguridad. Según el Presidente de la Comunidad, “no se permitirá esa instalación”.

Ahora ya sólo nos queda imaginar cómo habría sido de haberse hecho correctamente. ¿Crees que se optó por lo correcto al descartar de esta forma el plan, o se debería haber vuelto a intentar?

miércoles, 14 de enero de 2015

La torre de telecomunicaciones de Calatrava

Febrero de 1981. España, y más concretamente Madrid, comienzan a prepararse para la Copa Mundial de Fútbol de 1982, que se celebrará en varias ciudades del país. Radio Televisión Española (RTVE) decide que es el momento adecuado y necesario para comenzar a construir una torre de telecomunicaciones en el centro de la península para ampliar la cobertura de la retransmisión.

Skyline de Madrid con el "Pirulí" en primer plano.
Detrás se aprecian las Torres Blancas, el Hotel Puerta
de América, y CTBA (Cuatro Torres Business Area)
Es entonces cuando se comienza a construir Torrespaña, un complejo en el que se producen algunos de los programas de la cadena pública, y donde se encuentra el conocido como “Pirulí”, la torre de telecomunicaciones de la capital.

La misma, proyectada por el arquitecto Emilio Fernández Martínez de Velasco, se inaugura el 7 de junio de 1982, una semana antes del inicio del Mundial. La construcción marca un hito en la historia de este tipo de edificaciones por la celeridad con que se finalizan las obras y por las técnicas empleadas.


Iluminación especial por el 50
aniversario de RTVE
Octubre de 2006. RTVE cumple 50 años, y el “Pirulí” se viste para la ocasión con una iluminación especial que a nadie deja indiferente. Sin embargo, los directivos del ente consideran que la torre, que tan buen servicio ha hecho en los años pasados, ha quedado relativamente obsoleta, y que necesita no sólo un lavado de cara... se necesita una torre que la sustituya.

En marzo de 2007, la mayoría de los diarios nacionales dan por hecho que RTVE va a vender todos sus edificios en Madrid con el fin de trasladarse a una nueva sede emblemática, dejando así en el aire el futuro de la ya construida. En este “paquete”, además del complejo de Torrespaña, estarían incluidas las oficinas de Prado del Rey y los Estudios Buñuel, unificando así el ente público todas sus propiedades en el nuevo lugar.

El entonces presidente de RTVE, Luis Fernández, confirmó que se trasladarían a la nueva sede todos sus servicios: Televisión Española (TVE), Radio Nacional de España, el Consejo de Administración, Cibermedios, la Orquesta y Coro de RTVE y el propio Instituto del ente, todo ello con el fin de abaratar costes.

En el complejo se incluiría una nueva torre de telecomunicaciones, que sería emblemática y que estaría construida por algún arquitecto español “de prestigio”.

Fotomontaje de viendomadrid.com de la Torre CN
de Canadá junto al complejo CTBA
Se barajó el nombre del arquitecto Ricardo Bofill, aunque el que sonó con más fuerza fue el del valenciano Santiago Calatrava. Y es que se comenta que ya en 1998 el arquitecto había presentado en el Ayuntamiento de Madrid su proyecto para una nueva torre de más de 500 metros de altura que se situaría en una zona alta de la ciudad, seguramente refiriéndose a la ampliación del Paseo de la Castellana, en alguna zona cercana a la que hoy ocupa el CTBA (Cuatro Torres Business Area) (hay que recordar que el “Pirulí” mide 220 metros de altura incluida la antena, y actualmente el edificio más alto de Madrid es la Torre Cepsa, ,en el CTBA, con 250 metros, con lo que una nueva torre de no menos de 500 metros sería el cielo de la capital).

Los técnicos municipales recibieron a Calatrava para valorar su torre. La misma, a 200 metros de altura, acogería un centro de control y una discoteca. Además, según palabras del propio arquitecto, gracias a la elevada altura se podrían eliminar las antenas parabólicas y el impacto visual que causan.

Torre Nacional de Canadá, o Torre CN
El Ayuntamiento cedería los terrenos para la construcción, y se sacaría a concurso tanto la adjudicación de las obras como la explotación del complejo (no hay que olvidar que actualmente Torrespaña no pertenece a RTVE, y que tiene alquilado el espacio a la empresa Albertis).

Serían 18 meses de obras, y la nueva construcción costaría de 60 a 84 millones de euros, bastante más que los 22 millones de euros que costó la antigua sede.

Según Calatrava, el ejemplo a seguir sería el de la Torre Nacional de Canadá, o Torre CN, que con sus 553 metros no es sólo el símbolo de Toronto, sino también el del país. En la parte superior se encuentra un mirador desde el que admirar el skyline de la ciudad.

Sea como fuere, todo el proyecto de la nueva torre de Madrid cayó en el olvido, posiblemente por la crisis económica, y a día de hoy es muy difícil que pueda ver la luz. Sin embargo, siempre nos quedará la posibilidad de soñar con un nuevo "Pirulí" coronado por un mirador a 500 metros de altura que se convierta en el deseado símbolo indiscutible de nuestra ciudad.

miércoles, 7 de enero de 2015

El Madrid que SÍ fue I. "La Pagoda" de Fisac

Hoy es un gran día para nuestro blog, ya que estrenamos nueva sección. La misma se llama “El Madrid que SÍ fue”, porque no todo son proyectos que se descartaron en nuestra ciudad.
Esta sección sólo la actualizaremos en fechas especiales, y, ¿qué mejor que estrenarla en el primer post del año? El resto de artículos seguirán siendo de “El Madrid que no fue”, como viene siendo habitual.
Lo que contaremos en este nuevo área, que se distinguirá por la letra color morado, es la historia de edificios importantes que llegaron a construirse en nuestra ciudad, pero que por un motivo u otro finalmente fueron derruidos y hoy no podemos contar con su presencia.

¡Bienvenid@s, por tanto, al Madrid que SÍ fue!

"La Pagoda" de Miguel Fisac
 En este primer post, hablaremos de “la Pagoda” de Miguel Fisac
Fisac fue un arquitecto, urbanista y pintor español que murió en la capital en 2006. Sus primeros proyectos se centran en la vivienda social, e incluso ganó un concurso para el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid en su empeño de hacer casas confortables a un coste económico.

A partir de los años 50 del siglo XX revolucionó el concepto de iglesia en España. Un claro ejemplo es la de San Pedro Mártir, que suele llamar la atención a los usuarios de la A-1 (carretera de Burgos), a su salida de Madrid.

En 1965, cuando Fisac era más que conocido en el campo arquitectónico, José María Jorba, propietario de Laboratorios Jorba, encargó a Fisac la construcción de la sede de la empresa.

Lo que iba a ser la simple sede de unos laboratorios, pasó a convertirse en, según muchos expertos, uno de los iconos de la arquitectura del siglo XX en Madrid.

Zona de almacenamiento y producción de los Laboratorios
Jorba, en primer plano. Tras elos, "la Pagoda".
Se trataba de una torre en la que cada planta giraba 45º con respecto a la anterior otorgando el aspecto de una pagoda asiática, lo cual le dio el apodo por el que pasó a la posteridad.

El edificio fue finalizado en 1967 en la entrada a Madrid por la A-2 (carretera de Barcelona), en las cercanías a la Avenida de América, en el distrito de San Blas. En realidad la pagoda era una de las torres del proyecto, pero es lo que dio notoriedad al mismo por su originalidad. Además de ser la sede de la empresa, se acondicionaron otras partes de la construcción para almacén.

El diseño de los elementos estructurales de la obra era envidiable. Las vigas basaban su solución en láminas que formaban tubos con unas secciones parecidas a las vértebras. Las piezas de hormigón eran prefabricadas, y se tensaban una vez montadas.

En 1997 se elaboró en Madrid un Plan General de Urbanismo en el que se daba protección a los edificios más importantes de la ciudad para evitar su deterioro. Inexplicablemente, “la Pagoda” no formó parte de este listado.
Derribo de "la Pagoda" de Fisac
Esto propició que, en 1999, al cambiar el edificio de propietario (adquiriéndolo el "Grupo Lar"), los nuevos dueños pudieran decidir la suerte de esta construcción.

Los dos arquitectos responsables de la adecuación del edificio a su nuevo uso de oficinas comentaron en un primer momento que no tenían intención de dañar la imagen de esta obra simbólica que tan bien se veía a la entrada a Madrid desde el aeropuerto de Barajas.

Sin embargo, y contra todo pronóstico, en verano de 1999 el “Grupo Lar” considera que el edificio construido no aprovecha todo el terreno, y que si construyen uno nuevo y de más altura, podrán sacar más beneficio a la compra. En ese mismo verano, se otorga el permiso por el Ayuntamiento de Madrid para derribar este icono, y “la Pagoda” de Fisac pasa a la historia para siempre.

La versión oficial nos cuenta que, al no estar la obra catalogada como edificio de protección, el Ayuntamiento no pudo negarse a dar el permiso para esta histórica pérdida.

Derribo de "la Pagoda" de Fisac
Sin embargo, la versión extraoficial, compartida por el propio arquitecto Fisac, es bien diferente.

Miguel Fisac, además de célebre arquitecto, fue uno de los miembros más destacados del Opus Dei, institución perteneciente a la Iglesia católica. Su fundador, Josemaría Escrivá de Balaguer, era conocido personal del urbanista.
Fisac, tras 20 años perteneciendo al Opus Dei, lo abandonó por sentirse incómodo en el organismo. Éste fue el motivo por el cual, según algunas teorías y la opinión de él mismo, fue boicoteado desde el seno del Ayuntamiento de Madrid. El que era propietario de los Laboratorios Jorba señaló directamente a José María Álvarez del Manzano, entonces alcalde de la ciudad, como conocedor desde principios de 1999 del cambio de titularidad de “la Pagoda”, e impulsando su derribo desde las instituciones con el único fin de destruir la imagen pública de Miguel Fisac.

Sea como fuere y alejándonos de toda polémica, lo cierto es que esta obra fue una gran pérdida para nuestra ciudad, pérdida que esperamos sirva para concienciar de que no sólo lo importante es construir o no construir un edificio o monumento, sino su posterior mantenimiento y conservación para que pueda ser disfrutado por las futuras generaciones.