miércoles, 27 de enero de 2016

Centro deportivo de accesibilidad universal

Madrid, a pesar de distar mucho de ser una ciudad totalmente accesible para personas con algún tipo de discapacidad, es considerada una de las más preparadas del mundo.

No exageramos. Sin ir más lejos, Metro de Madrid, uno de los más avanzados y la segunda red más larga de metro de la Unión Europea con 324 kilómetros, cuenta con 1.694 escaleras mecánicas, seguida por Moscú con 598 y París con 504 (datos 2014).
También consta de 508 ascensores en el suburbano, muy por delante de la segunda ciudad, Nueva York, con 196 ascensores, y Londres, 150.

"Parque plegado", proyecto ganador para el
Centro Deportivo de Accesibilidad Universal.
Imagen diurna del proyecto
www.mecanismo.es
Para seguir en esta línea de ciudad accesible, en 2008 se proyectó la construcción de un gran polideportivo en el distrito de Hortaleza que estuviera adaptado para todas las personas, el llamado Centro Deportivo de Accesibilidad Universal.

Durante ese año, Madrid se encontraba sumergida en la carrera olímpica a los Juegos de 2016, proyecto del que hablaremos en un futuro post y que encontró su triste desenlace en 2009.
Una de las bazas de la capital española para llevarse los JJOO era precisamente la accesibilidad. Por ese motivo, se planeó la construcción de un gran centro en el que pudieran practicar las diversas modalidades de deportes paralímpicos.

La ubicación de este recinto era indiscutible: si se quería que los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) se percataran de la apuesta de Madrid por los Juegos Paralímpicos, la situación de este centro tendría que ser la calle de Arequipa, junto a la glorieta y estación de metro de Mar de Cristal, muy próxima en la línea 8 al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, y aún más a la Feria de Madrid IFEMA. Y es que es en este lugar en el que se encuentra la sede del Comité Olímpico Español (COE), lo que acercaba la implicación de los miembros del comité a la idea de unos Juegos accesibles para todos.
Uno de los proyectos descartados para el
Centro Deportivo de Accesibilidad Universal
www.lopezamor.com

El 16 de julio de 2008, el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón y la presidenta del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), Paloma Sobrini, firmaron un convenio para la creación del mencionado Centro Deportivo de Accesibilidad Universal en el distrito de Hortaleza.

La parcela, de casi 12.000 metros cuadrados, albergaría por una parte modalidades deportivas para las que otras instalaciones presentaban dificultades, y por otra acogería un Centro de Recuperación y Rehabilitación con tratamientos específicos para personas que hubieran sufrido algún tipo de lesión, algo demandado, especialmente, por deportistas de las federaciones de discapacitados, y que estaría gestionado por el Comité Paralímpico Español.

WWW. Segundo ganador del concurso de ideas para el
Centro Deportivo de Accesibilidad Universal
www.pesquerayasociados.com
La infraestructura se dividiría en un área deportiva cubierta, otra al aire libre, aparcamiento, servicios técnicos… Todo lo necesario para un espacio de estas características.

Para su construcción se convocó un concurso de ideas. Los trabajos se presentaron en octubre de ese mismo año… 75 propuestas candidatas, más de lo que se esperaba en un primer momento.

Proyecto "A Mariposa"
www.pyoarquitectos
Fue en noviembre de 2008 cuando el Jurado, presidido por Ruiz-Gallardón, y en el que se encontraban miembros del Ayuntamiento de Madrid, del COAM, del Comité Paralímpico Español, de la ONCE, y dos importantes arquitectos, emitió su fallo. Se trató de atender fundamentalmente a cuestiones de coherencia constructiva, funcionalidad, sostenibilidad medioambiental, criterios espaciales, y organización racional del tráfico rodado y peatones.  

Proyecto "Te conocí jugando en la montaña",
mención especial del concurso de ideas.
Muchos fueron los proyectos que recibieron elogios del jurado. “A Mariposa” llamó la atención al presentar una única pieza surgida de variaciones geométricas como una mariposa en pleno vuelo.

“Te conocí jugando a la montaña” fue uno de los que recibieron mención especial. Éste era un plan que concebía la infraestructura como un espacio fundamentalmente ligado a la naturaleza, incluso con pabellones en montañas artificiales, sobre los que se pudiera “pasear por el bosque”. El envolvente exterior y el plan interior de cerramiento caracterizaban la idea.

“WWW”, de Jesús Ulargui y Eduardo Pesquera, obtuvo el segundo lugar, otorgando el protagonismo a las áreas exteriores del recinto.
"Parque plegado", proyecto ganador para el
Centro Deportivo de Accesibilidad Universal.
Edificio visto desde la calle
www.mecanismo.es

Sin embargo, los arquitectos Lourdes Carretero, Iván Carbajosa y Manuel Neira fueron los que se hicieron con la victoria con su propuesta “Parque plegado”.

Como su nombre indica, el proyecto presentaba esta instalación pionera como un polideportivo con planos inclinados. Esto haría que la funcionalidad de la estructura primara al unir todas las partes con rampas, como, por ejemplo, la estación de metro con la entrada al centro deportivo.

"Parque plegado", proyecto ganador para el
Centro Deportivo de Accesibilidad Universal.
Imagen nocturna del proyecto
www.mecanismo.es
El acceso a las pistas se haría mediante “una red envolvente, viva y cambiante”, con vistas desde el exterior y luz natural.
El visitante sería así invitado a descubrir el edificio, en el que encontraría diferentes espacios dentro de este polideportivo, así como una piscina.

El proyecto fue aprobado, y se construiría en 24 meses, siempre y cuando Madrid se hiciera con los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2016, algo que no sucedió, con lo que este ambicioso centro deportivo tuvo que quedarse en una bonita idea de convertir a Madrid en una ciudad un poco más accesible.

miércoles, 20 de enero de 2016

Las Puertas de Alcalá que no fueron

La Puerta de Alcalá es ese gran símbolo de Madrid sin el cual no se puede entender la ciudad, es uno de los monumentos emblemáticos que cualquier persona que visite la capital debe contemplar. Sin embargo… ¿conoces los proyectos alternativos para la Puerta de Alcalá?

Hoy es un día importante para nuestra ciudad.
Por una parte, esta mañana ha comenzado FITUR, la segunda Feria Internacional de Turismo más importante del mundo, que cuenta ya con una experiencia de 36 ediciones.

Carlos III (1716 - 1788), retratado por
Antonio Rafael Mengs
Pero además hoy, 20 de enero de 2016, se celebra el 300 aniversario del nacimiento de “el mejor alcalde de Madrid”, el rey Carlos III que, desde su nacimiento en 1716 hasta su muerte en 1788 trató de embellecer la fisionomía de la capital con grandes avenidas, una buena red de alcantarillado, uso de adoquines, hospitales públicos como el de San Carlos (hoy Museo Reina Sofía), servicios de recogida de basura y de alumbrado, y monumentos tan emblemáticos como las fuentes de Cibeles, Apolo y Neptuno, el edificio del Museo del Prado, el Real Observatorio, o el Real Jardín Botánico.

El monarca, de la dinastía de los Borbones, hijo de Felipe V y padre de Carlos IV, no cesó en su empeño de acercar la cultura a la sociedad española. Por ello en Madrid celebramos este 2016 como un año especial, y de hecho, el Palacio Real, que tuvo como primer habitante precisamente a este rey, ya le rindió homenaje durante la Navidad decorando su famoso belén napolitano con copias de edificios relacionados con el ambiente culto de Carlos III.

En “El Madrid que no fue”, como no puede ser de otra manera, también recordamos a tan importante rey, y por ello en el post de hoy traemos la historia de uno de los monumentos más recordados del Borbón y, a su vez, uno de los más emblemáticos de la capital: la Puerta de Alcalá.

Para entender la historia de tan relevante monumento, nos tenemos que remontar a la época de los Austrias.
Antigua Puerta de Alcalá,
derribada en 1764
Parece ser que en 1599, el rey Felipe III había mandado construir una puerta que conmemorara la entrada de su esposa, Margarita de Austria, en la ciudad. De estilo barroco y hecha en ladrillo, estaba localizada en lo que hoy es calle Alfonso XI, a mitad de camino entre la fuente de Cibeles y la actual Puerta de Alcalá.
Aquella construcción estaba situada en el camino a la localidad de Alcalá de Henares, un real camino que posteriormente continuaba hacia Aragón, Cataluña y Francia. Por este motivo se comenzó a llamar Puerta de Alcalá.

Felipe IV, el sucesor de Felipe III, construyó una cerca que rodeó Madrid entre 1625 y 1868 con fines estrictamente fiscales. No consideró necesario trasladar la entrada construida por su padre, con lo que pasó a formar parte de la cerca de Felipe IV.

Otras fuentes afirman que en realidad esta puerta de la ciudad no se creó hasta 1636 o 1639.

Sea como fuere, lo cierto es que el monumento se mantuvo en pie durante muchos años y los reinados de Carlos II, Felipe V, Luis I y Fernando VI. 

A la muerte de Fernando VI, "el mejor Alcalde" comenzó su mandato: Carlos III entró en Madrid como rey de España el 9 de diciembre de 1759 bajo una intensa lluvia. Se dice que aquel día vio la Puerta de Alcalá y no le agradó. Ya desde aquel día, este ilustre personaje quiso convertir a Madrid en una ciudad monumental.

Fue poco después, en 1764, cuando decidió derribar aquella puerta con el fin de ensanchar la calle de Alcalá. Su objetivo, además de la construcción de una avenida magna, era la creación de una gran entrada para la capital de España, que mostrara el esplendor de la ciudad y del reino.

Hacia 1769, el monarca encargó el diseño de este monumento a los tres arquitectos más importantes de esta época.

En primer lugar, José de Hermosilla (1715-1776), arquitecto e ingeniero, diseñó un trazado para la nueva puerta. Su opinión era muy tomada en cuenta, ya que precisamente en ese periodo (1767-1784), se encontraba en pleno proyecto de ordenación del Salón del Prado, que posteriormente se vería culminado con las fuentes  de Ventura Rodríguez: la de la Alcachofa, las Cuatro Fuentes, la de Neptuno, la de Apolo y la de Cibeles. Sin embargo el proyecto de Hermosilla pronto se descartó, quizás para que artista pudiera seguir centrado en el Salón del Prado.

Dos de los cinco proyectos de Ventura Rodríguez
para la Puerta de Alcalá (1769)
Fue Buenaventura Rodríguez Tizón, más conocido como Ventura Rodríguez (1717-1785) el segundo de los arquitectos que preparó algunos diseños para la que sería la nueva Puerta de Alcalá.

Concretamente, diseñó cinco proyectos que, fechados a 16 de mayo de 1769, aún se conservan en el Museo de Historia de Madrid. Los cinco eran de una enorme calidad, y su experiencia era más que notoria en estos trazos. Se trataba en general de arcos triunfales con semicolumnas toscanas. Todos tenían cinco vanos, presentando tres de medio punto en el centro para carruajes, y dos adintelados menores en los extremos para peatones.

Los restantes tres de los cinco proyectos de
Ventura Rodríguez 
para la Puerta de Alcalá (1769)
Lamentablemente, Ventura Rodríguez tuvo la “mala suerte” de coexistir, en primer lugar, con Juan de Villanueva (1739-1811), considerado como máximo exponente de la arquitectura neoclásica en España, y en segundo lugar, con Francesco Sabatini (1722-1797), artista italiano que trabajó para la Casa Real de España. Tanto Ventura Rodríguez como Sabatini cabalgaron entre el barroco y el neoclásico. Sin embargo, poco a poco parece que Sabatini le fue quitando el puesto a Ventura en los grandes proyectos reales. Un ejemplo de esto puede ser el caso de “El proyecto de Ventura Rodríguez para San Francisco el Grande”, que nunca llegó a ver la luz.

Francesco Sabatini (1722 - 1797)
Con la Puerta de Alcalá ocurrió algo similar. Y es que, como decimos, los cinco proyectos de Ventura eran más que interesantes, pero el tercero de los arquitectos que presentó sus diseños al rey fue precisamente Francesco Sabatini.

En su caso fueron dos los proyectos realizados, ambos soberbios y de una grandiosidad indiscutible, siendo de los más relevantes de toda la arquitectura europea del XVIII.

Igualmente concebidas como arcos triunfales, se trataba de dos puertas tardobarrocas clasicistas que se diferenciaban, fundamentalmente, en que una se componía de cinco vanos (tres para carruajes y dos para peatones), y la otra solo constaba de cuatro.

Parece ser que Carlos III no tuvo ninguna duda, y eligió el proyecto de Sabatini. Sin embargo… ¿cuál de los dos diseños?

Los dos proyectos de Francesco Sabatini
realizados para la Puerta de Alcalá (1769)
Se dice que el monarca, sin darse cuenta, aprobó ambos diseños, quizás ante la imposibilidad de seleccionar uno en detrimento del otro, con lo que Sabatini se encontró ante la difícil tarea de mostrarle al rey su error, algo que le podía costar la pérdida del favor real que gozaba por aquel entonces.
El astuto arquitecto decidió, por tanto, realizar ambos diseños en el mismo monumento. Modificó sus dos arcos triunfales originales con el fin de poder plasmarlos en la misma puerta, algo que realizó magistralmente, y motivo por el cual hoy en día podemos disfrutar de dos Puertas de Alcalá diferentes, una cada lado del monumento.

Construida en estilo neoclásico, se finalizó en 1778, y se consideró desde el primer momento uno de los símbolos de la Ilustración en España, una monumental entrada a la capital que no ha perdido importancia desde entonces.
Como decimos, la de Alcalá se usó realmente como puerta de la cerca de Carlos IV. Cuando aquel muro desapareció, la Puerta perdió su uso de entrada a la ciudad, pero se siguió manteniendo como uno de los iconos de Madrid.
                                                                                                       
El lado oeste es el considerado como interior, ya que es el que mira hacia el casco histórico de la ciudad, el que veían los madrileños cuando partían de la ciudad, y por su parte, la fachada este es la exterior, la que recibía a los viajeros.

Puerta de Alcalá
En primer lugar, la fachada este (la exterior),
y en segundo lugar, la fachada oeste (interior)
Los motivos que adornan la parte exterior son, sobre los tres arcos de medio punto, unos mascarones con formas de sátiros, espíritus de los bosques en la Antigua Grecia, ya que junto a los motivos florales de los arcos adintelados de los extremos, se consideraban un símbolo de fertilidad. Así, todo el que entraba en la ciudad veía símbolos de fecundidad bajo el escudo real del frontón de la puerta, sostenido por la Fama y ayudado por un niño, tratando de mostrar al visitante la fertilidad del Rey de España.

Por su parte, el lado interior, sobre los tres arcos principales se ven unas cabezas de leones que simbolizan la lealtad hacia la monarquía, haciendo que todo el que abandonara la capital lo hiciera recordando que, aunque fuera a otros puntos del reino, la lealtad al monarca estaba por encima de todo. Los tarjetones de los extremos muestran cornucopias, símbolo de abundancia, y por último, rematando la fachada, armas y escudos que parecen torsos recostados hablando del esfuerzo pacificador del rey.

Un conjunto indiscutiblemente soberbio, que echó por tierra los planes de José de Hermosilla y, por supuesto, de Ventura Rodríguez de hacerse cargo del proyecto.

¿Conocías estos diseños no realizados de la Puerta de Alcalá? ¿Crees justa la victoria de Sabatini en este caso?

miércoles, 13 de enero de 2016

El Madrid que SÍ fue X. El Asilo de Santa Cristina

Tras una breve pausa vacacional, “El Madrid que no fue” vuelve hoy con más fuerza que nunca, y para inaugurar este 2016 traemos un nuevo artículo de “El Madrid que SÍ fue”.

Proyecto de Belmás y Mathet para un nuevo asilo
En este caso hablaremos de una de las zonas de Madrid que más ha cambiado con el paso de los años: la de Moncloa. Y es que donde hoy conocemos monumentos tales como el Cuartel General del Ejército del Aire (antiguo Ministerio del Aire), el Arco de la Victoria, el Museo de América o el Faro de Moncloa, hace no mucho tiempo existían otros edificios no menos importantes.

Hoy comenzaremos por uno de los más peculiares: el Asilo de Santa Cristina.

El alcalde de Madrid, Alberto Aguilera y Velasco (1842-1913) fue uno de los responsables del aspecto que presentaba el área de la Moncloa a principios del siglo XX. Y es que fue él quien promovió en 1906 el trazado de un lugar de paseo y descanso en las inmediaciones del Palacio de la Moncloa, lo que hoy conocemos como Parque del Oeste.

Asilo de Santa Cristina. Pabellones
Su alcaldía de Madrid fue intermitente entre 1901 y 1910. Sin embargo, su propuesta de creación de un asilo llegó a finales del siglo XIX, cuando era Gobernador de Madrid.

El terreno de la Moncloa fue el elegido para la ubicación de un nuevo asilo en la ciudad, ya que se trataba de un amplio lugar en el que se podría disponer este gran centro.
El complejo y sus treinta pabellones fueron diseñados por los arquitectos Mariano Belmás Estrada y Miguel Mathet y Coloma.

Las obras se comenzaron en 1894 y se finalizaron en abril de 1895, momento en que se inauguró el asilo.

Capilla del Asilo de Santa Cristina
El establecimiento benéfico necesitaba tal número de pabellones para poder dar cobijo a niños, mujeres, hombres y ancianos, así como aulas de talleres para adultos, escuelas para niños, dormitorios, lavadores, secaderos y almacenes, todo ello rodeado por jardines y paseos arbolados. Además, en el centro se situó una bella iglesia de aire colonial, con lo que se trataba de una auténtica pequeña ciudad para los necesitados. En esta última capilla se colocaría, entre otros monumentos, una imagen de la Inmaculada Concepción en piedra, que después se conocería como Virgen Blanca.
Comedor del Asilo de Santa Cristina

Se decidió que fueran las Hermanas de la Caridad quienes atendieran a los necesitados que acudieran el centro, el cual se consagró bajo la advocación de Santa Cristina en homenaje a la reina de España María Cristina de Habsburgo-Lorena, segunda esposa del rey Alfonso XII y regente del país en nombre de su hijo Alfonso XIII de 1885 a 1902.

El asilo fue cobrando importancia con el paso de los años, y fue durante la primera década del siglo XX cuando recibió una gran afluencia, atendiendo a setecientas personas diarias. Teniendo en cuenta que en 1900 Madrid contaba con poco más de 575.000 habitantes,  se trataba de un alto número de necesitados los que recibían cobijo en este lugar.

Asilo de Santa Cristina en plena guerra. madridantiguo.es

En 1927 se proyectó junto a este complejo la Ciudad Universitaria, cuya inauguración estaba prevista en 1936. Sin embargo, el comienzo de la Guerra Civil hizo que se truncaran los planes. La batalla de la Ciudad Universitaria, del 15 al 23 de noviembre de 1936,  fue una de las más cruentas de la contienda. Además de las vidas que se perdieron, muchos de los edificios de la zona quedaron destrozados.



Aspecto de la capilla del Asilo
de Santa Cristina en 1937
madrid1936.es
El 15 de noviembre, las tropas sublevadas del General Varela entraron por el Puente de los Franceses a Madrid. El bando republicano usó en primer lugar el asilo como refugio: residencia y lugar de combate. Sin embargo,  tan solo dos días más tarde, el 17 de noviembre, las tropas sublevadas ocuparon el asilo y atacaron el Hospital Clínico de San Carlos. El intenso bombardeo de los días 18 y 19 fue el que más dañó la zona.

El Parque del Oeste tuvo que ser reconstruido tras la Guerra, así como el Hospital Clínico. Sin embargo, no corrió la misma suerte el asilo de Santa Cristina. Los daños habían sido tan profundos que no se podía plantear una reconstrucción, con lo que se decidió derribar lo poco que quedaba en pie.

Ya en la época de posguerra, unos niños encontraron entre los escombros una figura que bien podría considerarse un símbolo de aquel importante asilo: la figura de la Inmaculada Concepción que anteriormente presidía la capilla del complejo, la llamada Virgen Blanca debido al color de la piedra con la que estaba realizada. La figura se colocó en el descampado que había dejado la demolición del asilo. Los estragos de la contienda se podían apreciar, especialmente, en las manos y los pies de la figura.

Templete de la Inmaculada Concepción
En 1954 se construyó un templete  que protegiera esta figura, aunque la inscripción actual bajo la misma data de 1959, y es este monumento el que aún hoy en día nos recuerda la existencia de aquella gran construcción. Su situación entre el Hospital Clínico y el Museo de América en una gran explanada que se conoce como Parque de la Virgen Blanca es la que ocupaba el antiguo asilo de Santa Cristina.

Un triste final para un interesante proyecto que, a pesar de su importancia, desapareció de las calles de Madrid por esa contienda que tanta factura le pasó a nuestra ciudad.