miércoles, 20 de enero de 2016

Las Puertas de Alcalá que no fueron

La Puerta de Alcalá es ese gran símbolo de Madrid sin el cual no se puede entender la ciudad, es uno de los monumentos emblemáticos que cualquier persona que visite la capital debe contemplar. Sin embargo… ¿conoces los proyectos alternativos para la Puerta de Alcalá?

Hoy es un día importante para nuestra ciudad.
Por una parte, esta mañana ha comenzado FITUR, la segunda Feria Internacional de Turismo más importante del mundo, que cuenta ya con una experiencia de 36 ediciones.

Carlos III (1716 - 1788), retratado por
Antonio Rafael Mengs
Pero además hoy, 20 de enero de 2016, se celebra el 300 aniversario del nacimiento de “el mejor alcalde de Madrid”, el rey Carlos III que, desde su nacimiento en 1716 hasta su muerte en 1788 trató de embellecer la fisionomía de la capital con grandes avenidas, una buena red de alcantarillado, uso de adoquines, hospitales públicos como el de San Carlos (hoy Museo Reina Sofía), servicios de recogida de basura y de alumbrado, y monumentos tan emblemáticos como las fuentes de Cibeles, Apolo y Neptuno, el edificio del Museo del Prado, el Real Observatorio, o el Real Jardín Botánico.

El monarca, de la dinastía de los Borbones, hijo de Felipe V y padre de Carlos IV, no cesó en su empeño de acercar la cultura a la sociedad española. Por ello en Madrid celebramos este 2016 como un año especial, y de hecho, el Palacio Real, que tuvo como primer habitante precisamente a este rey, ya le rindió homenaje durante la Navidad decorando su famoso belén napolitano con copias de edificios relacionados con el ambiente culto de Carlos III.

En “El Madrid que no fue”, como no puede ser de otra manera, también recordamos a tan importante rey, y por ello en el post de hoy traemos la historia de uno de los monumentos más recordados del Borbón y, a su vez, uno de los más emblemáticos de la capital: la Puerta de Alcalá.

Para entender la historia de tan relevante monumento, nos tenemos que remontar a la época de los Austrias.
Antigua Puerta de Alcalá,
derribada en 1764
Parece ser que en 1599, el rey Felipe III había mandado construir una puerta que conmemorara la entrada de su esposa, Margarita de Austria, en la ciudad. De estilo barroco y hecha en ladrillo, estaba localizada en lo que hoy es calle Alfonso XI, a mitad de camino entre la fuente de Cibeles y la actual Puerta de Alcalá.
Aquella construcción estaba situada en el camino a la localidad de Alcalá de Henares, un real camino que posteriormente continuaba hacia Aragón, Cataluña y Francia. Por este motivo se comenzó a llamar Puerta de Alcalá.

Felipe IV, el sucesor de Felipe III, construyó una cerca que rodeó Madrid entre 1625 y 1868 con fines estrictamente fiscales. No consideró necesario trasladar la entrada construida por su padre, con lo que pasó a formar parte de la cerca de Felipe IV.

Otras fuentes afirman que en realidad esta puerta de la ciudad no se creó hasta 1636 o 1639.

Sea como fuere, lo cierto es que el monumento se mantuvo en pie durante muchos años y los reinados de Carlos II, Felipe V, Luis I y Fernando VI. 

A la muerte de Fernando VI, "el mejor Alcalde" comenzó su mandato: Carlos III entró en Madrid como rey de España el 9 de diciembre de 1759 bajo una intensa lluvia. Se dice que aquel día vio la Puerta de Alcalá y no le agradó. Ya desde aquel día, este ilustre personaje quiso convertir a Madrid en una ciudad monumental.

Fue poco después, en 1764, cuando decidió derribar aquella puerta con el fin de ensanchar la calle de Alcalá. Su objetivo, además de la construcción de una avenida magna, era la creación de una gran entrada para la capital de España, que mostrara el esplendor de la ciudad y del reino.

Hacia 1769, el monarca encargó el diseño de este monumento a los tres arquitectos más importantes de esta época.

En primer lugar, José de Hermosilla (1715-1776), arquitecto e ingeniero, diseñó un trazado para la nueva puerta. Su opinión era muy tomada en cuenta, ya que precisamente en ese periodo (1767-1784), se encontraba en pleno proyecto de ordenación del Salón del Prado, que posteriormente se vería culminado con las fuentes  de Ventura Rodríguez: la de la Alcachofa, las Cuatro Fuentes, la de Neptuno, la de Apolo y la de Cibeles. Sin embargo el proyecto de Hermosilla pronto se descartó, quizás para que artista pudiera seguir centrado en el Salón del Prado.

Dos de los cinco proyectos de Ventura Rodríguez
para la Puerta de Alcalá (1769)
Fue Buenaventura Rodríguez Tizón, más conocido como Ventura Rodríguez (1717-1785) el segundo de los arquitectos que preparó algunos diseños para la que sería la nueva Puerta de Alcalá.

Concretamente, diseñó cinco proyectos que, fechados a 16 de mayo de 1769, aún se conservan en el Museo de Historia de Madrid. Los cinco eran de una enorme calidad, y su experiencia era más que notoria en estos trazos. Se trataba en general de arcos triunfales con semicolumnas toscanas. Todos tenían cinco vanos, presentando tres de medio punto en el centro para carruajes, y dos adintelados menores en los extremos para peatones.

Los restantes tres de los cinco proyectos de
Ventura Rodríguez 
para la Puerta de Alcalá (1769)
Lamentablemente, Ventura Rodríguez tuvo la “mala suerte” de coexistir, en primer lugar, con Juan de Villanueva (1739-1811), considerado como máximo exponente de la arquitectura neoclásica en España, y en segundo lugar, con Francesco Sabatini (1722-1797), artista italiano que trabajó para la Casa Real de España. Tanto Ventura Rodríguez como Sabatini cabalgaron entre el barroco y el neoclásico. Sin embargo, poco a poco parece que Sabatini le fue quitando el puesto a Ventura en los grandes proyectos reales. Un ejemplo de esto puede ser el caso de “El proyecto de Ventura Rodríguez para San Francisco el Grande”, que nunca llegó a ver la luz.

Francesco Sabatini (1722 - 1797)
Con la Puerta de Alcalá ocurrió algo similar. Y es que, como decimos, los cinco proyectos de Ventura eran más que interesantes, pero el tercero de los arquitectos que presentó sus diseños al rey fue precisamente Francesco Sabatini.

En su caso fueron dos los proyectos realizados, ambos soberbios y de una grandiosidad indiscutible, siendo de los más relevantes de toda la arquitectura europea del XVIII.

Igualmente concebidas como arcos triunfales, se trataba de dos puertas tardobarrocas clasicistas que se diferenciaban, fundamentalmente, en que una se componía de cinco vanos (tres para carruajes y dos para peatones), y la otra solo constaba de cuatro.

Parece ser que Carlos III no tuvo ninguna duda, y eligió el proyecto de Sabatini. Sin embargo… ¿cuál de los dos diseños?

Los dos proyectos de Francesco Sabatini
realizados para la Puerta de Alcalá (1769)
Se dice que el monarca, sin darse cuenta, aprobó ambos diseños, quizás ante la imposibilidad de seleccionar uno en detrimento del otro, con lo que Sabatini se encontró ante la difícil tarea de mostrarle al rey su error, algo que le podía costar la pérdida del favor real que gozaba por aquel entonces.
El astuto arquitecto decidió, por tanto, realizar ambos diseños en el mismo monumento. Modificó sus dos arcos triunfales originales con el fin de poder plasmarlos en la misma puerta, algo que realizó magistralmente, y motivo por el cual hoy en día podemos disfrutar de dos Puertas de Alcalá diferentes, una cada lado del monumento.

Construida en estilo neoclásico, se finalizó en 1778, y se consideró desde el primer momento uno de los símbolos de la Ilustración en España, una monumental entrada a la capital que no ha perdido importancia desde entonces.
Como decimos, la de Alcalá se usó realmente como puerta de la cerca de Carlos IV. Cuando aquel muro desapareció, la Puerta perdió su uso de entrada a la ciudad, pero se siguió manteniendo como uno de los iconos de Madrid.
                                                                                                       
El lado oeste es el considerado como interior, ya que es el que mira hacia el casco histórico de la ciudad, el que veían los madrileños cuando partían de la ciudad, y por su parte, la fachada este es la exterior, la que recibía a los viajeros.

Puerta de Alcalá
En primer lugar, la fachada este (la exterior),
y en segundo lugar, la fachada oeste (interior)
Los motivos que adornan la parte exterior son, sobre los tres arcos de medio punto, unos mascarones con formas de sátiros, espíritus de los bosques en la Antigua Grecia, ya que junto a los motivos florales de los arcos adintelados de los extremos, se consideraban un símbolo de fertilidad. Así, todo el que entraba en la ciudad veía símbolos de fecundidad bajo el escudo real del frontón de la puerta, sostenido por la Fama y ayudado por un niño, tratando de mostrar al visitante la fertilidad del Rey de España.

Por su parte, el lado interior, sobre los tres arcos principales se ven unas cabezas de leones que simbolizan la lealtad hacia la monarquía, haciendo que todo el que abandonara la capital lo hiciera recordando que, aunque fuera a otros puntos del reino, la lealtad al monarca estaba por encima de todo. Los tarjetones de los extremos muestran cornucopias, símbolo de abundancia, y por último, rematando la fachada, armas y escudos que parecen torsos recostados hablando del esfuerzo pacificador del rey.

Un conjunto indiscutiblemente soberbio, que echó por tierra los planes de José de Hermosilla y, por supuesto, de Ventura Rodríguez de hacerse cargo del proyecto.

¿Conocías estos diseños no realizados de la Puerta de Alcalá? ¿Crees justa la victoria de Sabatini en este caso?

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